Las cosas nunca cambian.

Porque el amor cuando no muere, mata. Porque amores que matan, nunca mueren. Es duro, es doloroso, no ser amado cuando se ama todavía. Pero es bastante duro ser todavía amado cuando ya no se ama. 
La peor forma de extrañar a alguien, es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener. La amistad puede ascender a amor, y a menudo lo hace, pero el amor nunca desciende a la amistad.
El que vive enamorado delira, a menudo se lamenta, siempre suspira, no habla sino de morir. Un hombre que no ha pasado a través del infierno de sus pasiones, no las ha superado nunca. Si no te quieren como tú quieres que te quieran, ¿qué importa que te quieran? Se puede tener, en lo más profundo del alma, un corazón cálido, y sin embargo, puede que nadie acuda a él. Es tan corto el amor, y tan largo el olvido...