lunes, 1 de julio de 2013

Capítulo 14

Me siento mal, como si echara de menos a alguien, pero sin echarlo de menos.

Recuerdo tu sonrisa como si la hubiese visto ayer, tan sencilla y compleja a la vez que la hacen perfecta.
Se nos escapó lo eterno de las manos sin darnos cuenta, y ahora nuestro reloj sigue el mismo ritmo que el de los demás. Aquel sentimiento nunca desapareció, y solo tengo nuestros recuerdos. Sé que todo ha terminado, todo aquello que me hacía vivir se acabó.
Todo el amor que te di te lo llevaste. Sigo tentada a rozar tu piel, a sentir tu corazón latir...
No quiero vagar por las calles sin nada que hacer. Navego por el pasado, cuando estaba junto a ti, solo por eso, tus recuerdos siguen grabados en mí.
Hoy volveré a sonreír sin tu ayuda, volveré a contemplar esa mirada tranquila sin que se me acelere el pulso.
Estás lejos de mí, sin poderte abrazar, pero quiero aprender a ser feliz sin necesidad de que me abraces. Poco a poco he podido controlar mis ganas de acariciarte hasta que llegue la mañana.Cada noche pensaba en regresar y cuidar de tus sueños en la oscuridad.
Mataste mi corazón con cada palabra que expulsabas por tu boca. Por cada error he aprendido, y durante cada mes juntos, crecía más y más. Ahora estoy condenada a desconfiar por haber confiado en tu cara de sonrisa angelical. Me enseñaron a pasar página cuando algo saliera mal, pero esta vez cerré el libro sin más.
Hubo un tiempo en el que el hombre fue feliz, disfrutando cada día de su existir, esbozando una sonrisa sin parar. Tú eras mi vida, mi principio y mi fin. Aunque me haya ido sigo susurrando frases de amor cuando tu voz invade mi mente.
Te he perdido, aunque he intentado amarrarte.
En el amor no se puede mandar, llegó un extraño y se levó mi corazón prendido a tu cuerpo. Me voy de tu lado e intento ser feliz, pero sólo tu recuerdo bastará para hacerme sufrir.
Miro sin mirar a través del cristal recordando nuestro pasado, en el que tú hacías que todo fuera de color, y que todo tuviera un principio sin final. Te fuiste sin nada que decir y sin nada que ofrecer.
Dejaste que sonriera ocultando mis lágrimas en días de sol. Olvidé hace tiempo lo que eras para mí y ya no siento ese dolor sin fin al verte.
Recuérdate que soy feliz y que ya no hay guerras que luchar.
Ve, ¡sé feliz!
Si me extrañas y yo te extraño, quizá volveremos a estar juntos. Si por el contrario esto se trata del final:
Gracias por tus sonrisas, tus caricias, tus abrazos, tus besos y tu apoyo. Para mí esto no fue en vano, te agradezco a ti y a la vida por habernos permitido escribir esta historia, con comas, interrogantes, exclamaciones, e incluso, con puntos..., algunos suspensivos, y este punto y final.

5 comentarios: