Hoy nuestras miradas se cruzaron más de una vez. Nuestras sonrisas se comunicaron las mil y una veces que pasaste por mi lado. Nuestro perfume inundó el espacio en donde estábamos y las personas de nuestro alrededor desaparecieron mientras me chocaba contigo a drede para poder sentir tu tacto en cada instante.
Viví en un sueño esta mañana, y volvía a él en cada segundo en el que te veía, te sonre…ía e intentaba captar tu atención elebando la voz.
Creeme: me muero por una sonrisa tuya. De esas que muestras al mundo delicadamente y en silencio. Me repito una y otra vez que no siento nada por ti, que amo a una persona y no puedo amar a otra intentando ocultar el dolor que me produce la otra persona por no poder compartir mi amor con él.
Llevas ropa de un color llamativo. De un color que se pueda ver desde lejos. Que te pueda ver desde lejos.
Siempre intentas coincidir conmigo a la hora de volver a clase, al igual que yo cuando salgo del instituto y camino por esa acera hasta el final para poder verte y sonreír por un instante gracias a tus pequeños gestos al hablar.
¿Enamorada? Tal vez, pero no quiero estarlo de ti…
Siento como si flotara cuando giras lentamente la cabeza para mirarme cuando oyes mi voz e intercambiamos sonrisas entre toda la gente que pasa entre nosotras y no movemos ningún músculo para seguir viviendo en el sueño que hemos compartido desde que nos dimos el primer beso con la mirada.
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